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“Fairytale of New York”: un clásico para Navidad

  Spotify me dice que la canción que más escuché este año fue “Tiny Tears”, de Tindersticks. Lo que no sabe es que fue “Fairytale of New York”, de The Pogues, incansablemente, pero en YouTube.   ***   El jueves 30 de abril de este año pandémico sobrepasábamos ya los 50 días de cuarentena. Ese día, Abel Limbrick subió un cover de “Rainy Night in Soho”, de The Pogues. La cuestión es que durante el confinamiento he pasado escuchando a este grupo inglés de punk celta. Aunque más bien, debería decir que he pasado escuchando incansablemente “Fairy Tale of New York” (1987): en videos, en audio, en vivo, covers, etc.. Es decir, que he pasado moqueando. Qué canción más hermosa. Terriblemente hermosa. Una obra maestra.   ***   Parece que los ingleses son expertos en dejar llegar sus mejores canciones apenas al segundo lugar. Sucedió con “Strawberry Fields Forever”, en 1967. Veinte años después sucedió lo mismo con esta pieza de The Pogues. Y en 1995 pasó de nuevo, con “Common People”. Curiosamen
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Un poema de Dana Gioia

  Dinero El dinero es un tipo de poesía   Wallace Stevens   Dinero, la blanca harina, efectivo, chuminos, mosca, el güevo o simplemente la plata.   Hacelo circular, dale vuelta, desechalo. Miralo hacerle huecos a los bolsillos.   ¡Estar hecho de billetes! Tenerlos ¡para quemar! Un tucán, un rojo, el biyuyo, la monifai.   Te pica en la mano, va y viene, aparece de vez en cuando y te salva. Te deja llegar a fin de quincena.   La plata genera plata. Gana intereses, capitaliza a diario. Siempre está circulando.   Dinero. No sabés dónde ha estado pero te lo metés en la boca. Y habla.       Money   Money is a kind of poetry Wallace Stevens   Money, the long green, cash, stash, rhino, jack or just plain dough. Chock it up, fork it over, shell it out. Watch it burn holes through pockets. To be made of it! To have it to burn! Greenbacks, double eagles, megabucks and Ginnie Maes. It greases the palm, feathers a nest, holds heads above water, makes both ends meet. Money breeds money. Gathering in

“Murder Most Foul”: la nueva canción de Bob Dylan

El crimen más vil Bob Dylan Fue un día oscuro en Dallas, en noviembre del 63, un día que pervivirá en la infamia. El presidente Kennedy estaba en la cúspide. Fue un buen día para vivir y un buen día para morir. Mientras lo llevaban al matadero como un cordero sacrificado, dijo: “Muchachos, esperen un toque, ¿ustedes saben quién soy?”. “Claro que lo sabemos, sabemos quién es usted”. Entonces le volaron la cabeza mientras aún estaba en su carro. Le dispararon como a un perro a plena luz del día. Fue cuestión de esperar el momento y el momento fue perfecto. “Usted tenía deudas pendientes, vinimos a cobrar. Lo asesinaremos con odio, sin ningún respeto, nos burlaremos y lo joderemos en su propia cara. Ya tenemos alguien que ocupe su lugar”. El día que le volaron los sesos al rey había miles mirando, pero nadie vio nada. Sucedió tan rápidamente, tan rápido, por sorpresa. Justo ahí, en frente de todo mundo. El truco de magia más grandioso bajo so

Un poema de Anne Carson

El libro de Isaías, parte I Isaías despertó enojado. La canción del mirlo que endulzaba sus oídos no era enojo. Dios había llenado los oídos de Isaías con aguijones. Una vez, Isaías y Dios fueron amigos. Solían conversar cada noche. Isaías corría al jardín. Conversaban bajo una rama, la noche llegaba. De los pies a la cabeza, Dios hacía que Isaías llamara. Isaías amó a Dios y luego su amor se volvió dolor. Isaías quiso un nombre para el dolor, lo llamó pecado. Isaías fue un hombre que creyó ser una nación. La llamó Judea y el pecado fue su condición. En Isaías, Dios vio arder la mortaja del mundo. Isaías y Dios vieron las cosas de forma distinta. Solo puedo contarles sus acciones. Isaías se dirigió a la nación. ¡La fragilidad del ser humano!, gritó. La nación se conmovió por fuera y se volvió a dormir. Dos tablas de carne ensangrentada envolvieron sus ojos como alas. La nación durmió como una pintura brillante y dura. ¿Quién puede inventar u